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Cuaderno de Bitácora Piscis Diving 29.Marzo.06
Hola buzos,Terminamos de aterrizar en el mismísimo Sant Feliu de Guíxols, donde la temperatura del aire es de unos 18 graditos y el agua está a unos 13 grados. El mar aun arrastra resaca de los últimos días de mar de fondo. La visibilidad es de unos 5 metros, dependiendo de la zona.
La adicción al nitrógeno o el placer que me produce el regulador en mi boca me hace estar ansioso de ir a ver a blanquita, no la oveja de Heidi sino el pepino de mar que vive en el bou. Los últimos buceos los hicimos en Similan Islands a 33 grados de temperatura, pero eso fue ayer, ahora a echarle pelotas y mojarse el culito con el agüita del mediterráneo …..
Safari Tailandia:
Similan Islands y Richelieu Rock (Tailandia mar de Andaman):

El embarque lo hicimos en Chalong Bay por la tarde, con unas ganas de ver el barco que te cagas. A los buzos se les salían las cuencas de los ojos hacia fuera, parecía que tuvieran sobrepresión ocular. La travesía hacia el embarque ya havia sido toda una aventura. La embarcación, un barco precioso con una tripulación malasia y tailandesa que se ganaron el cariño de todos, estaba completamente tuneaaa, lo único que no me gustaba era la confianza que mis aletas y el resto de sus hermanas encontraban con el agua tan calentita, ya que ellas solas se iban hasta la popa del barco con las orejas preparadas para el apretón final de sujeción de la extremidad.
El pie, se lo introducía primero en ella y luego en su hermana y un tailandés siempre con suma suavidad deslizaba sus dedos tirando suavemente de las correas hasta dejarlas bien apretadas.

Los buceos me estaban volviendo completamente loco. Los peces que cubrían el arrecife formaban una nube espesa. En algunos lugares no dejaban ver el arrecife. Los tiburones leopardo de más de 3 metros descansaban en el fondo sobre la arena blanca. Su respiración era la de una pareja que hace el amor enérgicamente. Los ojos como los del pocholo escudriñando alrededor suyo de arriba a bajo. Y ahí estábamos. Flipando el momento…..

Los buzos:
– Gisela, 67 años, Tido 66:
4 buceos al día. (Secreto: entre buceo y buceo: siesta). Son alemanes, pero esta religión nuestra se la aplican al dedillo.
– Toni y Montse: la familia medusa, así es como se les conoce en los círculos clandestinos del buceo.
– Javi y Noe: los 2 mosqueteros.
– Thong: Tailandesa, buceadora y nuestra gurú en superficie.
– David: amigo mío del alma y con el que, después de habernos estado haciendo pajas mentales durante toda nuestra vida de currelas en la fábrica con montones de revistas de buceo que deglutíamos y rumiábamos una y otra vez, por fin conseguimos ver la manta.
– Blackie: instructor de buceo, amigo de Piscis Diving, que el año pasado lo perdió todo con el tsunami menos sus ganas de vivir.
– Janine y yo: adictos, como el resto de mis compañeros de buceo, al buen royo y al nitrógeno que circula por nuestras venas. Amantes y enamorados del planeta azul.

Los Buceos:
Lavarte los dientes y la cara a 30 metros de profundidad es lo que toca cuando estás haciendo un safari de estas características. Nunca un madrugón me dio tanto gustito. La maniobra era sencilla: sobre el fondo de arena blanca dejabas posar tu cuerpo enfundado en un 3mm de neopreno, atalajes colgantes y botella de aluminio y, aguantando inmóvil durante unos segundos, enseguida acudían los peces limpiadores a roerte las lagañitas y los restos de bizcocho que durante el brifing nos habíamos hincado.

Enfrente de mi se extendía un campo de anguilas jardineras que tapizaban completamente el fondo de este pez alargado que, bailando al ritmo del mar, cazaba el plancton desprevenido que conducido por la corriente llegaba a la boca de esta colonia para ser comido.
Dos peces globo se persiguen. Están haciendo el amor, o eso es lo que me parece. Nunca vi tanta cantidad de este animal y menos haciendo el amor. Lo hacían con mucho cuidado, como los erizos.
El arrecife está completamente cubierto de peces cristal que no te dejan ver la roca. Es de locos! Los ataques se suceden una y otra vez. Grandes peces en forma de atún acosan una y otra vez al cardumen que enfunda al arrecife. Todo se ve tranquilo hasta que de golpe el ataque se sucede. Los grandes peces que instigan a los peces cristal nos rodean por momentos controlando nuestras burbujas en busca de algo para comer. No me gustaría nada ser un pececillo por este arrecife.

Apenas se nota aquí, en medio del mar de andaman, los destrozos del tsunami. En las zonas menos profundas han empezado a crecer mesas de coral a un ritmo formidable según nos comenta Warren, nuestro Divemaster.
El fondo es una pecera llena de corales duros y blandos, gorgonias gigantes, tortugas, peces de todos los tamaños, tiburones, águilas marinas y colores, muchos colores. Todo es un formidable cuadro donde todo es maravilloso!

Las inmersiones se suceden una detrás de otra.
El agotamiento es mínimo, hasta las aletas nos las pone la tripulación, nosotros nada más nos debemos preocupar de respirar y disfrutar de los buceos. Los buceos son cómodos. Algunos con un poco de corriente, pero en general muy tranquilos.
Hemos hecho dos grupos, en uno vamos los abuelos de Janine, David y yo y en el otro van la familia medusa y los 2 mosqueteros, Thong y Blackie. La inmersión tiene una ley y es: no perder los unos a los otros y mirar de disfrutar al máximo. Los primeros en quedarse sin aire son llevados a superficie donde la zodiac de apoyo se encarga de llevarlos al barco.
El ejercicio es fácil: a la marca de 40 BAR, globo a superficie y a comer al barco para bajar el nitrógeno.

Entonces vi la cara de Janine. Fue en un momento de esos. Estaba desenfundando mi globo para subir a superficie a los abuelos cuando la cara desconcertada de Janine me puso la carne de pollo de Tailandia. Ahí está! La estábamos esperando! Todas las noches antes de irme a dormir intentaba hablar con los dioses del mar:
– «Dioses del mar. Yo que os procuro un lugar limpio y en paz, como lo fue en los principios. Dioses del mar. Yo que enseño los fondos a vuestros cachorros sedientos de nitrógeno y burbujas. Dioses del mar, que con cada una de vuestras gotas dais sentido a mi vida, permitidme ver a vuestro habitante más extraterrestre. Permitidme ver la manta diablo. Permitidme sentir su proximidad, su mirada, su movimiento, su elegancia, su fuerza, su agilidad en el liquido…….»

David no da abasto. Su cámara hecha humo. El animal posa una y otra vez. Gira, vuelve, se va… Está por aquí. Se luce y nos mira. Nos mira y nos enamora con cada una de sus piruetas. Mide más de 7 metros. Su barriga es blanca como el hielo. Su espalda negra como el carbón. Su mandíbula conduce el plancton hacia su garganta. Mi corazón está al borde del colapso. Es la cosa más emocionante que he presenciado en mi vida y entonces empecé a bailar debajo del agua. El grupo se pensaba que me había dado un ataque de epilepsia, pero era breik dance. La música y el ritmo lo marcó la manta y la cara de mi amigo, que gritando por su regulador me marcó el ritmo, y me decía una y otra vez:
– «Ahí estaaaaaaaaa!!!! Ahí estaaaaaaaaa!! «
Los abuelos de Janine no movían ni un solo músculo. Permanecían estáticos e ingrávidos en el azul limpio y transparente que los dioses del mar nos habían regalado para que pudiéramos presenciar a esta dulzura de pez con el que tantas veces había soñado.

El crucero ha sido maravilloso tanto dentro como fuera del agua. Una vez en tierra al safari aun le quedaban algunos días de aventura. Entre ellas cabria destacar el encuentro sexual que tuvo uno de nuestros buzos con una nativa de Phuket. Ella, sin depilar, con unos pelos que parecían cables, piel arrugada y una trompa, húmeda y fría, le olisqueó las criadillas al comandante Toni mientras él yacía tumbado en el suelo. Incitada por un tailandés que introdujo un plátano en el bañador el animal, sin pensárselo ni un segundo, le metió la trompa dentro del bañador rebuscando una y otra vez el platanito. La cara del comandante lo decía todo. La de la elefanta también. Sobre todo cuando empezó a carraspear. Al parecer se le había quedado un pelillo en la garganta, aunque el domador nos decía que el animal estaba diciendo «thank you». La mirada de reojo que esta hacía hacia Toni lo decía todo: había surgido el amor y el domador, ni corto ni perezoso, le introducía otro plátano a Toni y la elefanta rebuscando (nunca vi a un elefante tan feliz).
¿Sabíais que en Tailandia los elefantes son jubilados cuando cumplen los 65 años? Se les suelen llevar a la jungla donde acompañados de otros congeneres terminan sus días en la madre naturaleza. Esta sin embargo se quería jubilar en Barcelona, creo que cerca de donde vive Toni.

Otra de las excursiones que hicimos fue a ver la famosa piedra donde se rodó una de las pelis del James Bond. El lugar era fantástico, rodeado de piedras que emergían en vertical cubiertas de jungla espesa y rodeadas por manglares donde vimos los peces aquellos que salen fuera del agua y pueden respirar sin problemas enganchados en alguna raíz del manglar.
Los monos de la jungla los pudimos ver en varias ocasiones, mariposas, un jardín de orquídeas, templos budistas con sus figuras doradas y colores estridentes. Comimos en lugares típicos a precios populares, como diría mi amigo Julio: comida y bebida a un euro, precio de locura comparándolo con lo que tenemos que pagar en casa.

Otro safari más de Piscis Diving. El próximo será en noviembre 2006 y marzo 2007. Repetiremos las Similan Islands en el mar de Andaman en busca del tiburón ballena, que al parecer no he rezado lo suficiente para que los espíritus del mar me lo concedan. De penitencia pienso recoger toda la mierda que vea por los fondos de esta mar mediterránea en la que me encuentro ahora y a la que tanto amo.

Buen Buceo Buzos.

Estamos operativos.
Fran