Cuaderno de Bitácora Piscis Diving 1. Junio. 2004:
Hola buzos,
Sábado 9:00h zulú de la mañana (ya te cagas). El centro hierve con buzos desesperados por meterse un chute de nitrógeno. La gente, según van aparcando su vehículo, da una mirada a su alrededor buscando conocidos con los que comentar su última jugada. Angels, Anna, Martina, Marc, Iñaki, Joan y David van a ser los afortunados. Cogemos la furgo y, venga! dirección puerto. El propósito sería ir al jardín, pues a lo largo de la semana se han visto llegar numerosos bancos de bogas, sonsos y chuclas (las del puntito ). Hace un día perfecto, la mar está plana, la temperatura del agua: 19 graditos!!! Una verdadera locura, después de haber tenido apenas hace 10 días 14 grados. Los buzos empiezan a equiparse. La velocidad de la embarcación la justa para poner el climatizador. De golpe y porrazo se oye un chillido, aaaaaaaaaay!!! Los buzos se giran, miran en todas direcciones… allí, allí!!! a las 12 en punto se mueve una aleta en superficie, es negra plomiza y parece estar saludándonos. Es un pez luna, no es muy grande, y según nos vamos acercando el pez se sumerge y vuelve a salir más lejos. Al cavo de un rato desistimos, deseando que se nos cruce luego durante el buceo (la cosa parece que pinta bien).
Apenas una hora después, todos los buzos están abordo, tenemos 3 bajas. Al parecer con el entusiasmo de prepararse para el buceito se han olvidado de la biodramina y alguno se ha mareado. Durante la inmersión yo permanezco en el barco y he observado al pez luna como pasaba entre las burbujas de los buceadores, (será que como aprovecha a estar en superficie para desparasitarse, se pone encima de las burbujas, como si fuera un jacusi. No creo ¿no?).
De pronto otro alarido, ahí, ahí!! veo una gaviota que parece posarse sobre un bulto blanco en forma de rueda y que hace el tamaño de una rueda de camión, según nos acercamos la gaviota se asusta y emprende el vuelo, no sin antes soltarnos una ráfaga de metralla que por suerte no alcanzó a ningún buzo. Angels coge la cámara y empieza la súper producción del Mola Mola(nombre científico que le dan a este pez y que significa Rueda).
La verdad que es enorme y según nos acercamos el pez parece estar mirándonos con la misma cara de asombro que nosotros. Es blanco, como aquel que había en el acuario y que según me comentaron se lo desayunó un tiburón. Qué pez tan raro! parece que le falta la mitad del cuerpo. Su cabeza es ósea, se le nota el cráneo. Escuchamos como mueve sus aletas, chapoteando, creo que lo hace para llamar la atención de las gaviotas y así beneficiarse de la limpieza gratuita que estas encantadas le dan. Uno de los buzos se tira al agua y con sus aletas y máscara se va acercando poco a poco hasta estar a un metro de su rostro. El pez, que más huevos pone del mundo, dulcemente se pone vertical y se sumerge unos metros más adelante.
Creo que han podido ser unos pocos minutos que han servido, aparte de enriquecer el cuaderno, para quitarles el mareo a los buzos, que en cuanto distrajeron su atención se les quitó.
Creo que lo bonito de ver algo no es el momento sino el recuerdo que te queda, las sensaciones y los olores. Recuerdo que el sábado olía a sandia.
Un saludo y buen buceo buzos,
Fran
YA TENEMOS LAS FECHAS PARA NUESTRO PRÓXIMO CAPÍTULO EN EL MAR ROJO!!!
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