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Cuaderno de Bitácora Piscis Diving, 15 de Junio 2006
Hola buzos,
una semana más al pie del cañón con una visibilidad de unos 10 metros debido al mogollón de plancton que ha llegado a las playas de Sant Feliu de Guíxols.
Los últimos días, aunque si os digo la verdad, también llegó (aparte de la bomba del Bigatà, la red, los cerca de 100 Kg. de plomo que habremos extraído en las últimas semanas, las compresitas adheridas a erizos que modifican su conducta hasta el extremo de cambiar conchas por escudos en forma de chaleco antibalas, súper adherentes y absorbentes… Qué pena. Creo que soy uno de los seres humanos que más compresas ha tocado en su vida), este ser que se desliza sigilosamente y aprovecha la gran vomitada que colectores a lo largo de la costa vomitan y vomitan una y otra vez. Estamos hablando de LA COMPRESA y otros desechos que día a día se va comiendo nuestra Mar Mediterránea.
A lo largo de su litoral este animal migra de un lado al otro, llegando a sentirse tan en consonancia con el medio que vive en simbiosis con animalitos como el erizo, también se la suele ver en la misma conducta que el pez luna, reposando en superficie a la espera que alguna tortuguita le dé un mordisquito, pero no pasa na, los americanos no firmaron el convenio ese de Kyoto, …. y nosotros? Nosotros el de Marpol que concierne al mar, lo firmamos? No. Los convenios internacionales los respetamos? ¿…? Pues si os digo la verdad me importa un peo, yo lo único que sé es que delante de mis narices de vez en cuando un ser como este invade nuestro territorio y ahí es donde está nuestra mano. De momento no tenemos voz ni palabra en los asuntos democráticos en cuanto a los distintos convenios que se aprueban o se rechazan, no tenemos ni la información. Pero no se trata de ofuscarnos en los distintos trámites burocráticos, para eso tenemos a nuestros funcionarios y dirigentes, yo me refiero a lo que todos podemos hacer día a día para proteger nuestra cuna, nuestra madre naturaleza. No se trata de hacer una inmersión al año en forma de peregrinación hacia el cielo de los buzos, nuestra meca, nuestro nirvana, sino que se trata que en nuestra inmersión de todas las semanas no nos encontremos un envoltorio de chicle que un becerro tiró en la calle perico los palotes y, gracias al maravilloso sistema de cloacas que tenemos, en menos de una jornada habrá surcado todo tipo de obstáculos hasta llegar al erizo.

Y entonces llegó la navidad. Por aquellos tiempos habían pueblos que eran famosos por sus maravillosos pesebres vivientes. Uno de esos pesebres famosos y conocido por todos los continentes del planeta. Se extendía a lo largo de toda la costa. Estos pesebres vivientes estaban compuestos por unos personajes que en pleno derecho manifestaban su amor hacia la mar lanzando botellas de cristal, plomos de pesca, pilas, bujías, bolas, dejándolas huérfanas en el arrecife, sedales estranguladores de gorgonias …
Los belenes son curiosos. Los observamos cuando hacemos buceo nocturno entre las grietas de los acantilados. Agazapados se ven hombrecillos que lanzan su arte con ganas de pescar. Muchas veces, sin darse cuenta, a los oligoelementos se les caen las cosas. Esto sucede cada fin de semana, en la próxima reserva subacuática de Sant Feliu de Guíxols, teóricamente, sobre el papel me refiero.
Y yo, ¿que hago? Pues na, más cositas, aunque prefiero recoger botellas de cristal que compresitas, el tacto es más agradable. Algunas compresas llevan tanto tiempo surcando los mares que las algas ya han dejado algún pelo vegetal que me encargo de rasurar para dar algo de alimento a estos seres tan agradables … La madre que los parió.

A cualquiera que viniera a bucear a Sant Feliu le diría que tiene que pasearse por el camino de ronda de Sant Feliu, la zona de Port Salví y la ermita Sant Elm. Son lugares para el retiro y la meditación. Tiene rincones donde poderse sentar a leer un libro y seres de los antes expuestos aquí, en este paraíso natural, también los he observado pero, lo siento, en seco me cuesta más lo de coger las compresas, pero si veo un plástico a ese lo expulso del paraíso natural.

La tribu estaba en pleno apogeo. La llegada del solsticio de verano estaba a la vuelta de la esquina así que, qué mejor manera de celebrarlo que una nocturna como dios manda. Los preparativos: los de siempre, mucha calma y de pronto un susurro se escuchó al otro lado de la barca. ¿Os acordáis del buceo por estas fechas el año pasado? Sin comérselo ni bebérselo de un brinco aquel hombre escuálido sacó su Cuaderno de Bitácora y lo consultó y ¿sabéis qué decía el 22 de junio de 2005? …..

Decía:
El verano ya ha llegado. El olor a nivea está disuelto en las calas de Sant Feliu de Guixols. Los bañistas se dan los primeros baños del año. Los nuevos papás mojan los pies de sus pequeños: es el agua salada.
Es la mediterránea que a estas alturas del año nos está regalando unos maravillosos 19 grados a 32 metros de profundidad. La visibilidad, desde el viernes, unos 20-25 metros: ¡una locuuuuuura! y entonces llego ella …

El sábado me dijeron que andaba por aquí. Sus ojos eran grandes, de aquellos que te hubiera gustado que te clavara la rubia de turno. Su silueta fina. Su color: el de la plata y su velocidad de ataque: la propia del ligón playero de turno. Eran 12 contadas a dedo. Los buzos con los ojos más grandes que los de Candi Candi yacían ingrávidos en este agua limpia y trasparente que nos regalaba la mediterránea. Mi corazón: a parir, y mi cámara: en Piscis, guardadita y olvidada encima de la mesa.
El subidón de adrenalina al ver las primeras barracudas (espetón mediterráneo) del año, me disparó la adrenalina. La profundidad: 8 metros, la de ellas 4. El sol deslizaba sus cintas doradas por el agua provocando un efecto hipnotizador. La roca nos sirvió de escondite para poder observar como se deslizaban por este universo acuoso. El agua calentita me bajaba con gusto por la cremallera del traje. La corriente nos hacia volar. Las aletas en forma de alerón detenían el avance, a nuestra disposición. Al llegar a superficie la cara de los buzos delataba lo que sentían y yo, pues alucinando una vez más con el arrecife de Port Salví y a tan solo 10 minutos del puerto de Sant Feliu de Guixols.

El arrecife, en las próximas semanas, comenzará una transformación que lo convertirá en parte fundamental de nuestra cadena de existencia. Los peces llegados de no se sabe donde comienzan a tomar posiciones en las partes más altas del arrecife. Se suelen observar bancos de bogas de unos 20 centímetros. La piedra y todos los rincones tienen algún ser vivo que está intentando reproducirse o ya ha pasado a su fase de vigilia donde en ningún momento abandonará el nido y si lo hace será para proteger a los suyos. Cuando, por ejemplo, una castañuela es molestada, toda la comunidad que está a su alrededor se une para echar al intruso: he visto a este pez de apenas 15 cm echar a un pulpo a base de mordiscos en el ojo, y este fin de semana mientras unos buzos hacían sus prácticas una castañuela no paraba de mordisquear el neopreno de un buzo que alucinado no paraba de sonreír con el consiguiente gasto de aire, aunque lo de gasto sería relativo, el momento mereció la pena.

Las partes más profundas del arrecife se tiñen de color naranja, son los tres colas, peces que como su nombre indica poseen tres colas que le sirven de estabilizadores y que nos dan un espectáculo maravilloso, mostrándonos una línea azul que le recorre todo el cuerpo. En la inmersión de la red está estos días repleto de este pez que te puede indicar hacia donde va la corriente en un determinado punto que se encuentre en la distancia, solo basta con observar hacia donde nadan manteniendo la misma posición todo el grupo y solo abandonando la formación en caso de poder atrapar algo de alimento.

Los pequeños bonsáis que forman las algas y que cubren toda la superficie de la roca sirven de incubadora para nudibranquios que a lo largo de los días irán adornando como si se tratara de un árbol de navidad, dejando pequeñas bolitas pegajosas de colores como el rosa, el lila, el amarillo, etc, etc, etc.

El arrecife está en plena ebullición y el sábado hacemos nuestra primera nocturna.
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Y así fue y así tendría que ser.

Buen Buceo Buzos,
Fran