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Cuaderno de Bitácora Piscis Diving 19. Abril. 2006
Hola buzos,
Los tiempos mejores están llegando. Los días de nitrógeno corriendo por nuestras venas hacen saciar a los vampiros subacuáticos y desgarradores de boquillas donde las mordeduras son profundas como la mediterránea que baña nuestras costas. El agua está a unos 13 – 14 grados. El buceo se hace cómodo y más cuando estos días hemos llegado a ver como se reproducían calamares de aquellos que solo se suelen ver en enero cuando las aguas invitan a mirarlas desde lejos, pero ya se sabe, la naturaleza no es una ciencia exacta y más cuando unos seres llamados seres humanos se dedican a cambiar el termómetro planetario a base de contaminantes atmosféricos y desechos verbales.

Lunes, 10:30:
Después del correspondiente brifing nos dirigimos al puerto de Sant Feliu de Guíxols donde nos espera la embarcación para teletransportarnos a nuestro sueño primaveral. La semana Santa nos ha dejado calamares en casi cada inmersión. El día ha amanecido con un sol placido y suave. Los buzos, en sintonía con sus equipos, preparan aletas y reguladores. El nerviosismo de la primera inmersión del año para algunos se respira en el ambiente. La pregunta más oída durante esta semana Santa ha sido:- «¿Cómo está el agua?, ¿está muy fría?» El agua está a unos 13 grados. La visibilidad de unos 10 a 14 metros, pero ya sabéis, lo del frío es una cuestión de sensación térmica, para lo que algunos es:- «joder que fría está el agua». Para otros es:- «A mi es que me gusta notarla», como decía un buzo esta semana. Ya se sabe que para sensaciones hay mucho escrito.
En el fondo, a unos 30 metros de profundidad, veo que dos de los buzos se están entreteniendo observando las antenas de unas langostas que les dan la bienvenida agitándolas vigorosamente al notar de la presencia de ellos. Las langostas hacen recular a sus compañeras emitiendo un ruido al rascar sus antenas, lo que produce el encobamiento de este animal tan bonito y preciado para todo el mundo. A pocos centímetros de la cabeza de nuestro próximo Divemaster en potencia (Toni Bellver), asoma, cauteloso, por una de estas hendiduras de la roca entre corales y esponjas, la cabeza de un pez alargado y plomizo. Se trata de un congrio que yace escondido y que seguro que con el ruido de nuestras respiraciones hemos despertado. En un abrir y cerrar de ojos y, como si se tratara de un fantasma entre la niebla formada por el sedimento de algún buzo despistado, aparece un ser mitológico, (aunque a menor escala): el calamar, de más de 50 centímetros. Sus alas rodean a este cefalópodo nadando con una suavidad incomparable. Su cuerpo en forma de torpedo se desliza por el agua, solo tiene que recoger las alas contra su cuerpo y, a un escupitajo de agua a propulsión es capaz de desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Hablando de ojos, los suyos eran mayores que los de una avestruz. Su mirada curiosa como la nuestra, el calamar nos increpa con su ir y venir. Se acerca a nosotros y se va una y otra vez. En el fondo, y habiendo pasado completamente desapercibido, otro calamar, pero esta vez desproporcionado, más de un metro (quitarle los centímetros debido a la narcosis) está metiendo su cabeza una y otra vez en grietas y hendiduras y depositando sus huevos alargados y blancos que pega en el techo. Se separa, danza con el otro calamar y vuelve a introducirse en el agujero dejando más huevos y no dándole ni la menor importancia el hecho de que nos encontráramos allí. Mi cámara evidentemente pudo grabar aquel momento mágico, donde luego, viendo detenidamente el video en casa, pude observar la cantidad de signos que nos mostró tanto con sus bailes como con sus cambios de tono de color del negro al blanco, del rojo al cebra… Todo un momento patrocinado por esta maravillosa mediterránea que hasta ella está sintiendo como los animales cambian de comportamiento, manteniendo sus puestas de huevo en tiempos que nos les tocaba. El calamar tendría que estar poniendo los huevos en enero y no ahora o eso es lo que yo he observado a lo largo de mi vida de larva subacuática.
Buen Buceo Buzos,
Fran