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Cuaderno de Bitácora Piscis Diving, 14 de Septiembre 2005:

Hola buzos,
– La temperatura del agua es de unos 22 grados toda la columna de agua.
– La visibilidad unos 15 metros y los oligoelementos navegantes ya han comenzado a guardar los barquitos. O sea que se podría decir que casi existe un silencio solo perturbado por las burbujas de nuestro compañero.

A la llegada de las medusas huevo frito también van apareciendo los buzos, sobre todo de la tribu de Barcelona, que sabidos del buceo que les espera por estas fechas no dudan en dar buenas nuevas de los lugares donde desplazaron a su tribu y pudieron gozar de sus inmersiones.
A lo largo del verano los hay que bucearon en aguas tropicales, los hay que fueron más al norte en busca de otros decorados algo más fríos y los hay que se dieron un golpe en la cabeza y te vienen a contar sus películas.

Un buzo me contaba que habían ido a Turquía y que contrataron unas inmersiones en un barco que en principio hacía muy buena pinta. Los buzos, entre ellos había algún niño que tenía los 10 años y su titulación recién sacada, confiando de pleno en su mega super multi estrellas instructor, que no dudó en adentrarlos a 27 metros (profundidad máxima para niños: 12metros), realizando un perfil de inmersión en diente de sierra sin importarle los vasos sanguíneos de sus buzos. Uno de los buzos, siendo su primera inmersión, enseguida se quedó sin aire teniendo que ascender con el regulador secundario de su guía. Uno de los pequeños quedó hipnotizado por la borrachera de las profundidades. El padre intentaba llamarle la atención y el pequeño no respondía (el nitrógeno que había absorbido su pequeño cerebro le tenia sumido en un éxtasis profundo mientras el padre impotente por la falta de experiencia avisaba al guía que el pequeño no reaccionaba). En un momento de lucidez, el guía desciende, coge al pequeño y lo hace ascender, desapareciéndole los rastros de la borrachera y recobrando la total lucidez. Al ascender al barco uno de los buzos se queja del codo, al parecer se trata de enfermedad descompresiba. Los síntomas son evidentes. Resultado: unas horas de suero y oxígeno en el hospital y un susto que no fue a mayores.

El centro al parecer tenía una infraestructura muy correcta, pero la subestimación de los guías hizo correr un riesgo innecesario que pudo tener consecuencias nefastas.

El otro día Janine llegaba a casa y me pillaba con una en la cama. Lo tengo que confesar. Ella tenía toda su boquilla suave y fresca dentro de mi boca. Su vestido de malla, me parecía erótico, dejaba entrever lo largo que fue su vida. Sus respiraciones llenaban una y otra vez mis pulmones con aire fresco y seco. Sus brazos parecían un pulpo. Uno de sus dedos me iba indicando cuanto le quedaba para entrar en reserva. Las reglas eran claras: avisar cuando se pusiera a cien para aprovechar y, bueno, ya sabéis, un par de chupadas más y ….. al cielo. Pero entonces entró Janine:
– «¿Que haces con esta?, me dijo sin dejar de clavar sus ojos azules en mi consola.
– «Pues sabes lo que te digo, que yo me voy a coger uno de 18 y no pienso dejarlo hasta absorberle hasta la última gota de aire». Así que cogimos la barca y nos metimos un buceito que aun suspiro cuando me acuerdo.
Qué paz.

¿Sabíais que a partir de ahora nuestros hijos no podrán bucear con menos de 16 años?
La ley es nueva :), creo que del sesenta y algo. Se ve que nuestros hijos de raza ibérica no son equiparables a los germánicos, americanos, franceses, holandeses, canadienses, belgas, italianos, etc.
Tenemos que reconocer que nuestros hijos son débiles, comparados con los del resto, o será que nuestros legisladores no se toman la molestia de investigar cómo está la cosa en otras zonas con las edades mínimas y las investigaciones entregadas en sus despachos a la espera de ser leídas en estos últimos 10 años.
Esperemos que algún lumbreras se le ocurra investigar y no privar a una familia de meterse su buceito con sus pequeños y poder disfrutar de algo en común que no necesita necesariamente una competición de por medio y donde se puede enseñar a dar unos valores ecológicos que el pequeño enseguida reconoce y respeta.

Estamos avanzando y sino!!! AVANZAREMOS!!!.

Buen buceo buzos,
Fran